lunes, 18 de abril de 2011

█ Memories & roses.


Yo no sé si es lo correcto, si sentirse así era parte del plan. Es una inexistencia de sentimientos, algo así como volverse completa y absolutamente irreal. Yo no tengo muchas historias que contarte, puedo sentarme al lado tuyo y simplemente llorar. O tal vez armar en el papel el barquito que me enseñaste a hacer, aunque probablemente naufrague, ahora que ya no estás para ayudarme a guiarlo. Puedo decirte muchas cosas, pero no tendría sentido. No es que no quiera volverte a ver, estoy loca por hacerlo. Estoy loca y mientras así lo pienso se me llenan los ojos de lágrimas, porque sé que no puede ser. Que idealizarte no era la idea, como tampoco extrañarte. O sí, era extrañarte en las horas muertas del otoño, entre sopaypiyas, mates y bizcochuelos. Cada domingo al mediodía, entre las rosas del jardín, entre el tiempo de peluches, helados y columpios en la plaza. Que no iba a imaginar una rutina que no te incluyera. Y que al tiempo, a mi tiempo, algún día podré dejarte ir. Y dejar de pensarte cada noche cuando paso por la esquina de tu casa, esa que me conoce de pies a cabeza, de diez cenimetros hasta este metro setenta y dos que mido hoy. Entre escarpines y polainas. Entre amores de veranos y lágrimas. Vos y todo lo que significabas, y significás. De vos que no puedo despedirme porque no tengo las fuerzas, las ganas, la juventud. Porque mi infancia no advierte la ausencia, no se da cuenta, se apaga. Se apaga y te vas. Que no he aprendido a pronunciarte sin que me piante un lagrimal de emociones que desvarían cuando me siento sola y no estás para abrazarme. Que lamentablemente, aunque tenga el corazón lleno de parches, las lágrimas a fuego y ese anecdótico recuerdo tuyo, no puedo, por ahora dejarte ir, abuela. Te amo.

1 comentario:

  1. Fuerza, gorda, y como dijiste, tiempo al tiempo... Y sí, te lo presto, jajajaja te adoro!

    ResponderEliminar


Wonderland;