Me preguntaba cómo hubiese sido si vos y yo siguieramos en el mismo paisaje. Si ayer no era un 20 de abril cualquiera y si realmente tu voz y la mía juntaban la melodía exacta que deberían de ser. Cuatro años hubieran sido ayer, pensaba en la forma en que te gustaba verme reír y cómo eras la única persona en el mundo capaz de encontrarle sentido a mi locura, a mis cantos a toda garganta de tu mano por las calles. A mi terrible pasión por noviembre, a mi increíble obsesión por abril. A mis lágrimas al costado de tu mejilla por aquella felicidad que me alcanzabas con tanta facilidad. Me pregunto por cuánto tendré que pasar para poder desenredarte de esta historia, para seguir y lograr tener un pensamiento en el que no estés -inconscientemente- implícito. A vos que te encantaban mis arrebatos y esta impulsividad que últimamente no ha hecho otra cosa que traerme inconvenientes. Me pregunto qué tan dentro cavaste para no poder irte de aquí, no hay tiempos sin que juegues en mi cabeza y hagas acrobacias y me sacudas con tus recuerdos. Me pregunto cómo hubiese sido si todavía, ayer, hoy y mañana siguiéramos en la misma galaxia, como fuegos artificiales conjugándose en un solo estruendo. Ahí. cuando todavía éramos un "juntos hasta el fin".
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